Algunas personas hemos tenido la suerte de ser criados en una enseñanza laica. En mi caso nadie me impuso una religión, ni ninguna creencia. Sin embargo soy profundamente cristiana. Llégué hasta ahí sólo buscando la verdad dentro de mí misma, queriendo ser feliz. Porque Cristo es la verdad y es el amor. Todos los valores que precisamos para salir adelante en occidente y crear un mundo digno de llamarse humano, son los que Jesús predicó.
No tengas miedo de decir la verdad, ni de buscarla en tu interior, porque es el único camino para ser libre. Todos podemos ser libres, eso no depende de ningún gobierno ni de ninguna institución. No importan las consecuencias, dejaremos este mundo de todas formas, y la mejor opción es hacerlo dignamente.
Gracias Dios por el libre albedrío que nos permite seguir creciendo y aprendiendo. Todo saldrá bien si tu corazón rebosa de amor por todos los seres, no importa lo que pase. . .
"El señor es mi pastor, nada me faltará"
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